Jamás
será lo vivido un hondo y triste escarmiento,
pero
será el nacimiento, completamente vencido,
lo
que marque el movimiento del tiempo que está perdido
en
las horas que, escurrido, se traslada el pensamiento.
Ideas
van, vienen; olvido lo que dentro de mí siento.
Quiero
gozar el momento del suave y tierno gemido;
deseo
el instante opulento, semejante a haber nacido,
y
no el instante podrido, semejante al sufrimiento.
Hay
que ser en verdad fuerte, de corazón obstinado.
No
importa si estás cansado, pelearás hasta vencerte,
ya
que la existencia advierte hasta dónde se ha llegado.
Mentira
que haya pecado; sólo la noción se vierte
para
que no se despierte el cerebro fragmentado...
Debemos tener cuidado: Pensar es huir de la muerte.
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