sábado, 27 de junio de 2015

TIENE ESPINAS EL ROSAL (((rockmance)))

Lejos estaba de pensar
que un amor doliera tanto;
tiene espinas el rosal
y mi alma está llorando.
Grupo Cañaveral


Claro que el rosal tiene -como el alma- espinas,
por eso duele tanto la flor, cuando rosa.
Esconde en su perfume y en su anatomía
un fulgor de nostalgia, un mero chispazo
de aquello que se amó (ausencia reunida):
se amontonan los nombres con todo y su carne
y los minutos sólo son punzada fija
(¡ay, del hombre que guarda en el pecho tantos
corazones cual rosas el rosal!). La lira
necesita del plectro para relatar
sus más tiernas saudades. Y es que las espinas
son colmillos que liban del amor su sangre,
aletas vegetales que causan heridas
como lo hacen las fauces de los tiburones.
Tan grande es lo pequeño que el ánimo esquilma;
la piedra en el zapato destroza la planta
y espinada la boca crece la sonrisa.
Nos autoproclamamos libres mas vivimos
huyendo de algo, de algo... ¡ay, cuánta desdicha!,
¡ay, de la raza humana!, de sangrar no deja.
Corremos de nosotros mismos, pero encima
llevamos nuestros miedos; qué imbéciles somos.
No gritar el amor la gente motiva;
caterva de cobardes es la sociedad.
Mejor, como en la kria, rasgo mi camisa;
no reniego las púas que me corresponden.
Acepto sin chistar poner la mejilla
que no ha sido puyada, pues sé que no existe
(para mí) un desenlace que tenga salida.

SONETORRINCO 1


Llena de larvas se encuentra mi sangre:
como flores viscosas,
como el ponto
retoñan y se mueven,
colman mi ojo y en tanto
me pregunto si alguien sabe de esa que calla
y me deja con hambre,
que ha danzado millas (de polo a polo)
para poder decir: “no hay un nosotros”
como si ignorara el valor del aire.

Me callo,
pues estoy acostumbrado a perderlo todo,
a no hacer la lucha... mas
¿cómo aplacaré mis dedos bravos
que sumergía en sus zonas oscuras?,
¿cómo la pasión,
el desnudo abrazo?:
¡ay!, cuánto se pierde cuando se busca.