jueves, 15 de agosto de 2013

ACADEMIA vs LIRISMO


Alguien ha dicho: ‘Los escritores muertos nos parecen  remotos
porque nuestro conocimiento es mucho mayor al suyo’.
Precisamente. Y son ellos lo que conocemos”.
T.S. Eliot

En una visión, quizá inventada, de las diferencias que existen entre la llamada academia y el lirismo, tenemos de un lado al conocimiento, del otro a la intuición. Las dos partes fundamentales de todo autor: razón e instinto; academia y lirismo.

Hay una división general entre la que se sitúa a  los poetas: o se es académico o se es lírico.
¿Y qué rayos quiere decir cada una de estas definiciones? Nadie lo sabe con precisión, pero se repite interminablemente en los círculos literarios como si el razonamiento y la visceralidad fueran distintos seres. No es así. Ambos son parte de lo mismo pero en grados diferentes, igual a los termómetros que miden la temperatura (el calor y el frío se encuentran visibles en un mismo artefacto). Eso es el poema: un termómetro que muestra grados distintos de diversas emociones, sentimientos y pensamientos.
Desacreditar cualquiera de estas dos posturas (en donde las letras oscilan), implicaría una completa falta de criterio. De la misma forma, juzgar una obra sólo bajo estos preceptos sería ignorancia total.

El verdadero poeta [permítaseme creer que existen algunos falsos] es una mezcla de estas dos visiones, de estas dos cualidades. Conoce la técnica y posee expresión emotiva.
T.S. Eliot diría que se trata de un escritor tradicional,[1] por conocer NO sólo la tradición, sino su propia contemporaneidad.

¿Hay alguien, en su juicio cabal, que ose señalar a Quevedo o Góngora como bardos académicos? En aquél tiempo no se utilizaba el terminajo, no era frecuente el mal llamado verso libre (aunque sí los poemas polimétricos); y digo que es mal llamado porque si el verso fuera libre sería prosa.
Los conocimientos métricos y su ejecución eran un requisito fundamental. Un soneto muchísimos podrían realizarlo, cierto. Pero un soneto con la maestría de los dos poetas españoles, anteriormente mentados, lo dudo... esa harina es de otro costal.

No hay autor libre de pasado, de influencias. Aquel que ha leído guarda metáforas inconscientes en el bolígrafo. El pasado no es una meta ni un reto, es una guía a considerar. Las raíces edifican el árbol y según la semilla será el fruto. Visto de esta manera, juzgar a cualquier poeta vivo como superior o inferior a uno muerto, resulta imposible; ¿es mejor un cerezo que un manzano?

Algo hay que considerar: la retórica se aprende; se nace con la sensibilidad.
No hay inspiración antinatura ni improvisada; lo que sí hay es el artificio, quizá oficio, que de nada sirve sin vocación. La vocación, como el numen, no falsea.

El arte dentro de un poema, no radica en su tema sino en su presentación; escrito literariamente: “el vacío del vacío / es la obra de arte”.[2]

He leído y escuchado decir que el arte (en este caso la poesía) tiene que ver con la extinción de la personalidad. Al respecto, pienso que el hombre y el poeta son seres separados mas no individuales. Si uno de ellos se atreve más que el otro, no quiere decir que uno posea más o menos personalidad; ni siquiera indica que cada uno sea una personalidad distinta sino que actúan de diversas maneras. Su gestualidad, aunque expresen lo mismo, se desarrolla de forma diferente.
Son los rasgos de la expresión los que marcan la separación entre hombre y poeta.
Considero más acertado pensar que lo que se extingue, al momento de escribir, es el tiempo y no la personalidad.

El bardo sacrifica el presente consiente, para concientizar su pasado o su futuro.
El poeta verdadero es una mezcla de intelecto y sensibilidad; es una mezcolanza de tiempos y aciertos y mentiras.

La poesía es ese momento donde se amalgaman los elementos rememorados y la existencia "en tiempo real", que a su vez se trasforma en un tiempo sin tiempo: puro evo.
Este suceso es completamente íntimo e indescriptible. La poesía es un acto personal, el poema un acto impersonal.

No dudemos que un poeta inmaduro [falso poeta] sienta profundamente el tiempo de poesía y no pueda aproximarnos a ese sentir por su falta de perfeccionamiento. Y escribo aproximarnos, porque aun los verdaderos poetas es lo único que consiguen. El poema es una aproximación de la poesía mas nunca la poesía misma: la poesía es el grito, el poema es el eco.

Lo importante para el escriba, considero, no es tanto el producto final (el poema) sino el proceso que vivió para llegar a dicha materialización. Los poemas están vivos; sólo muere el lector.

En resumen: un inspirado no es aquel que siente, dado que todos sentimos, sino el que sabe sentir. Un retórico no es el que escande y rima, sino el que razona. El poeta verdadero es el que razona lo que siente y siente lo que razona.




[1]  “Este sentido histórico, sentido de lo atemporal y de lo temporal, así como de lo atemporal y lo temporal reunidos, es lo que hace tradicional a un escritor”.
[2] Jorge Santiago Perednik.

POEMA DONDE MUCHO SE USA LA PALABRA DESAMOR

Hoy, el amor me golpeó por ambos flancos;
como quien dice: Me pasó factura
(patético eufemismo que intenta suplir
la mexicana frase: Me pasó a chingar).
Altos son los costos del amor
y sus afiladas espinas que en profuso se expresan;
cada éxtasis cuesta siete saudades y cuatro derrotas.

Pedimos mucho o pedimos poco;
la cantidad no importa,
el problema reside en andar pidiendo.

Y aunque no tenga planes, ni ahora ni luego ni nunca,
a veces estoy en los planes de otra gente.
Como si el futuro pudiera manipularse,
como si pudiéramos malabarearlo.

Mi descalabro radica en que no poseo abismo tangible;
el coño desmelenado o lampiño pero húmedo
—recién rasgado por el deseo o la libídine—
lo tengo seguro; es asilo de  mis alebrestes.
Distinto el cardio ritmando el cuerpo;
el alborotado latido que aletea sus intentonas
y es desplumado por el fracaso, por la falla…
(comienza a llover. Se fortalece mi depresión.
Para continuar escribiendo, camino hacia otra parte,
a un sitio donde la tormenta no legisle).

Harta el arrebato, lo pusilánime, lo cómodo.
Me dicen que debo salvarme, que debo salvarme,
pero uno no decide el peligro. Se apuesta. Eso es todo.
Y da lo mismo, pues jamás beberemos de la lluvia
sino de las charcas que genera; migas líquidas
al alcance de cualquier sitibundo conforme.
Conforme con su sed o con su miseria;
conforme con su riqueza, con sus virtudes.

Libar charcos es el amor, sólo eso.
Ello explica el abandono y la tragedia
y que no conozca a una sola pareja feliz.
Feliz en serio, no en serie; no en cliché feliz.

Imposible hallarse saludable
—la salud perjudica la muerte—
cuando del diluvio sólo aprovechamos sus reposos.

jueves, 8 de agosto de 2013

TAUTOGRAMAS. SONETO BLANCO CON ESTRAMBOTE

Al abismo avancemos, amada alma azabache.
Aventémonos ahora. Arrastremos al alba
—azul, altisonante— al arenoso ardor.
Arrojemos al aura algunos apostemas.

Entonces estaremos exequias escandiendo.
Escucharemos ecos, ecos, elementales
embraveciendo en este espacio entristecido,
empolvado; embarrando esmegma en el espíritu.

Iniciarán incendios interminables. ¿Irse?,
imposible, ilusorio; ideas imperialistas
intervendrán ígneamente, implosionando ijares:

Oscuridad olisca; oferta omnipotente;
ontológica ofensa; ofuscante ocarina
(olvidadizo objeto) oxigenando ovarios.

Ubérrimos universos ungidos;
uretralmente untados, ungulares,
unión umbilical.

OVILLEJOS

¿Lo que con mi lengua pulo?
¡Tu culo!
¿Con quién mi verga trasnocha?
¡Panocha!
¿Lo que depravada aprietas?
¡Tus tetas!
De una vez has tus maletas
porque me voy a adueñar,
y entre mis manos llevar,
tu culo, panocha y tetas.

***

Mente, dime ¿qué imaginas?
Vaginas.
¿Y mi bolígrafo ataja?
La raja.
¿Por dónde mi deseo trepa?
La pepa.
De ahí que sólo yo sepa
que la mayor delicia es
la parte que apesta a pez:
La vagina, raja o pepa.

***

¿Cuál nombre mundano tiene?,
¡pues pene!
¿Y en el argot de la jerga?,
¡la verga!
¿Y el de mayor requisito?,
¡es pito!
Lo asevero, no es vil mito,
a puta o monja no asusta
sino les encanta y gusta
el pene, la verga o pito.

martes, 6 de agosto de 2013

SÍNTOMAS

Esta armonía
del aire, que acaricia
mi pensamiento,
es incapaz
de dar muerte al calor
que me avasalla
y me derrite
—una a una— las metáforas,
hasta volverlas
obscuras manchas
que algunos llaman letras,
literatura.
Y ya diluido,
sin rumbo fijo, viajo
entre las manos
o la memoria
de turistas que habitan
mi patria negra,
casi invisible,
igual que los latidos
del corazón.

Qué buena forma de existir entre sombras y expectativas;
de hacer a un lado la insalubre y maldita monotonía,
la cual termina por asesinar todo lo de valor.
Obviamente hablo de lo que salva el poema, de lo inasible;
de eso que llaga, con fuerza, de repente. “Inspiración”
diría el pueblo; “un amor literario”, le digo yo.
Pero se puede bautizar, mundialmente, como poesía.

LA NUEVA NOCHE EN MINIFALDA

Quiero beber hasta que la mandíbula se me vaya de lado,
y con palabras rotas
intentar un azar de poema.

Beber hasta reventar
y arder,
arder en una hoguera inquisitiva
donde la virtud se confunda con el pecado.

Otra vez la noche me abraza.
Desea besarme; me resisto.
Me convida de sus pezones etílico-etéreos
y los libo hasta emborracharme.
Como en ocasiones pasadas se pone a gatas;
eróticamente velluda se acaricia la pelambre.
Descubro un pedazo de papel
enredado en su pubis;
lo tomo, lo desdoblo y leo:
“…se hace nombrar soberana de mis sueños
 y dejó de ser doncella
con el primer bohemio que cantó
noticias sobre sus muslos…”.*

La muy puta ha devorado otro poeta.
Me gustaría sodomizarla mas ya me causa hartazgo
y mi lujuria está fláccida como un cisne.
Con altanería alcohólica la desdeño;
no se rinde.
En mi cuerpo se enreda como serpiente.
Mete a mi pantalón la única mano que le queda
mientras su lengua electriza mis oídos
para después descender a mi falo
y lamerlo y chuparlo;
liba la médula y el calcio.
Cree que le pertenezco ahora que estoy lubricado.
Entre risas me pide que la habite,
pero decido decapitarla.

Su cuerpo yace inerte en la banqueta.
Beso sus labios sin cuerpo
y amanece†


*Versos de Manuel de J. Jiménez.

Grupo Marrano

EL ANSIOSO. SICALIPSIS MELODIOSA

La rola “El ansioso”, de Grupo Marrano, es profundamente gráfica y sicalíptica (como la mayoría de sus canciones). Un ejemplo perfecto para comprender el llamado pornocorrido.
La historia trata sobre un semental que hace pedazos —con lubricidad— a una fulana cualquiera, hambrienta de hombre, de sangre enhiesta, semen y rebabas.
Estos cerdos rijosos, mantienen el octosílabo durante todo el envite (salvo un hexasílabo que se repite y podemos considerar como un respiro para seguirle dando vuelo a la hilacha).
Felaciones, poluciones, cunnilingus, sadismo, sodomía, chaira rusa y algo de coprofilia, podremos encontrar en esta propuesta que, si bien coloquial, sus frases y confesiones son el resultado de lo íntimo.
El personaje tripulado, la fémina, pareciera ser una propétide, una porn star; insaseable del poro al tuétano, según lo que narra el protagonista. Este narrador, que canta con chanza sus decadentes “vivencias”, me recuerda algunos versos de Renato Leduc, que quedan ad hoc con la tónica del pornocorrido; no por soeces u obscenos sino por ideológicos. Aquí los versos: “Viejas virtudes llenarán el mundo: / la virtud de dormir, la de olvidar, / la de no penetrar en lo profundo”.
El mensaje de estos proxenetas-cuinos es pasarla bien; lo único que cuenta y vale, es la libídine, ya sea de la esquina, el lupanar o el hogar mismo.
El lenguaje existe para todos. Cada quien lo usa como puede o como se le da la gana.
Para mí, hacen falta más grupos como Marrano, a los cuales les enorgullece traer pelos en la lengua.

http://www.youtube.com/watch?v=3-Z-pzxiUAs

RESPUESTA A LA JUANA INÉS DE ASBAJE Y RAMÍREZ DE SANTILLANA, CON SU MISMO FINAL

"Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón"...

Hembras tontas que acusáis
duramente y sin razón,
produciendo la ocasión
para de todo culpáis.

Os digo, ella y él no es igual,
de ahí surge su desdén,
porque nada entienden bien
y los actos juzgan mal.

Apartaos la resistencia;
su intelecto es gravedad,
tiene suma liviandad
y muy poca diligencia.

La belleza no es denuedo.
¡Qué pensamiento más loco!
A ustedes os falla el coco
y la verdad os da miedo.

Sois, en suma, mente necia;
en la nada algo buscáis.
Se creen buenas como Thais,
mas sois locas cual Lucrecia.

No existirá ser más raro.
Siempre piden un consejo,
y prefieren al espejo
por ser él, un juez “más claro”.

¿Acaso no es un desdén?
Preguntan y les da igual,
y dicen que estamos mal,
y su sesera está bien.

Contra ellas nadïe gana,
pues si alguna se recata,
en dos horas es ingrata
y a las cinco muy liviana.

Sí, tan livianas andáis
que a cuestas va su nivel;
no falta el bastardo cruel
que abuse y luego culpáis.

No son un alma templada;
su corazón lo pretende
mas su intento nos ofende
y su ineptitud enfada.

Su condición da harta pena;
su boca todo refiere,
todo, menos lo que quiere.
Orates son, ¡norabuena!

Vuestras lágrimas son penas;
¿por qué arrancarse las alas?
Sois embusteras, sois malas,
y creed sed de lo más buenas.

Cuánto dolor he tenido
por tomar mujer errada,
ya que se hace la rogada
y en instantes se ha caído.

No sé a quién debo culpar,
a ella por lo que no me haga,
a mí por no dar la paga
y sin embargo pecar.

Mujeres ¿de qué espantáis?,
ese defecto tenéis,
por ello hacéis lo que hacéis
sin la solución buscáis.

No voy a solicitar
a vuestra mente razón.
Tenéis extraña afición;
bastante hacéis del rogar.

Con perfectas bases fundo
que sois de gran arrogancia
y ya sea en sueños o instancia
juntáis diablo, carne y mundo.

lunes, 5 de agosto de 2013

TENEDOR

                                                  

                                         H      a      y
                                         e      n     m
                                         í       u      n
                                         h      a     m
                                          b     r     e
                                            maldita
                                            Quiero
                                              sabo
                                                re
                                                ar
                                                tu
                                                cu
                                                er
                                                po
                                                ex
                                                ub
                                                er
                                                an
                                                te
                                                                                                       M.M.