martes, 6 de agosto de 2013

LA NUEVA NOCHE EN MINIFALDA

Quiero beber hasta que la mandíbula se me vaya de lado,
y con palabras rotas
intentar un azar de poema.

Beber hasta reventar
y arder,
arder en una hoguera inquisitiva
donde la virtud se confunda con el pecado.

Otra vez la noche me abraza.
Desea besarme; me resisto.
Me convida de sus pezones etílico-etéreos
y los libo hasta emborracharme.
Como en ocasiones pasadas se pone a gatas;
eróticamente velluda se acaricia la pelambre.
Descubro un pedazo de papel
enredado en su pubis;
lo tomo, lo desdoblo y leo:
“…se hace nombrar soberana de mis sueños
 y dejó de ser doncella
con el primer bohemio que cantó
noticias sobre sus muslos…”.*

La muy puta ha devorado otro poeta.
Me gustaría sodomizarla mas ya me causa hartazgo
y mi lujuria está fláccida como un cisne.
Con altanería alcohólica la desdeño;
no se rinde.
En mi cuerpo se enreda como serpiente.
Mete a mi pantalón la única mano que le queda
mientras su lengua electriza mis oídos
para después descender a mi falo
y lamerlo y chuparlo;
liba la médula y el calcio.
Cree que le pertenezco ahora que estoy lubricado.
Entre risas me pide que la habite,
pero decido decapitarla.

Su cuerpo yace inerte en la banqueta.
Beso sus labios sin cuerpo
y amanece†


*Versos de Manuel de J. Jiménez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario