Al abismo
avancemos, amada alma azabache.
Aventémonos
ahora. Arrastremos al alba
—azul,
altisonante— al arenoso ardor.
Arrojemos al
aura algunos apostemas.
Entonces
estaremos exequias escandiendo.
Escucharemos ecos,
ecos, elementales
embraveciendo en
este espacio entristecido,
empolvado;
embarrando esmegma en el espíritu.
Iniciarán
incendios interminables. ¿Irse?,
imposible,
ilusorio; ideas imperialistas
intervendrán
ígneamente, implosionando ijares:
Oscuridad olisca;
oferta omnipotente;
ontológica
ofensa; ofuscante ocarina
(olvidadizo
objeto) oxigenando ovarios.
Ubérrimos
universos ungidos;
uretralmente
untados, ungulares,
unión umbilical.
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